¿Por qué los humanos no soñamos con ovejas eléctricas? Empatía y neuronas espejo
El título de la obra maestra de Phillip K. Dick me sirve como punto de partida para hablar sobre un tema que desde hace unos 15 años se ha ido abriendo camino en el campo de la Neuropsicología y la Neurociencia. Se trata de las neuronas espejo. En el libro, una de las claves en la detección de Nexus-6 -los androides que en apariencia eran humanos- durante el interrogatorio era su capacidad empática. La empatía puede definirse como la «capacidad para ponerse en el lugar del otro». Ponerse en el lugar del otro no es una «operación mental» sencilla. El circuito de neuronas espejo se activa cuando hacemos este ejercicio mental de diferente forma porque tiene varios circuitos.
Dimensión Motora
Por un lado tenemos la dimensión motora, encargada de las conductas de imitación y «práctica mental» de los movimientos: cuando escuchamos de manera empática a una persona, podemos adoptar (y reconocer) su postura y la expresión emocional de su cara, lo que se conoce como el «Efecto Camaleón». Este sistema también se activa cuando vemos a un pianista tocar. Pero no se activa si el sistema de neuronas espejo funciona correctamente, cuando vemos a un perro ladrando. Cuando imaginamos un movimiento, no lo ejecutamos (físicamente). Pero aunque no lo ejecutamos directamente, sí hay una actividad neuronal parecida a la que se observa cuando realizamos (en la realidad) los movimientos las primeras veces.
Es curioso, porque a medida que aprendemos un movimiento y conseguimos destreza, la actividad en el sistema de neuronas espejo decrece. La finalidad es automatizar movimientos. Y cuando automatizamos los movimientos no somos conscientes muchas veces de que los ejecutamos, como en el efecto camaleón. O en el lenguaje. Diversos expertos han propuesto que el sistema motor de neuronas espejo está implicado en el desarrollo del lenguaje. Después de todo, parece lógico pensar que el lenguaje es una de las primeras conductas motoras que nos enseñan (y observamos en) nuestros padres. Cuando hablan a un bebé entonan o susurran palabras, normalmente con un tono en el lenguaje (prosodia) muy marcado.
Dimensión cognitiva
Por otro lado, tendríamos la dimensión cognitiva que implica comprender las razones que tiene una persona para hacer lo que hace: qué espera conseguir con una determinada conducta o por qué emite esa conducta (por ejemplo, ¿por qué una persona llora? Porque está triste, de alegría, de dolor). Este aspecto cognitivo incluso permite predecir qué conducta puede emitir una persona a continuación, basándose en operaciones mentales (sesgadas) que atribuyen intencionalidad. A estos aspectos cognitivo se les ha llamado «Teoría de la Mente«. La teoría de la mente es un aprendizaje. Aprendemos a atribuir intenciones y estados emocionales en las personas. El reconocimiento de emociones es otro aspecto cognitivo importante en el que también están implicadas las neuronas espejo.
Por último está el componente más importante de la empatía, el componente emocional. También se ha demostrado que las neuronas espejo están conectadas con el sistema límbico (a través de la ínsula, una estructura neuronal implicada en representaciones corporales). El sistema límbico es el encargado del procesamiento emocional.
¿Qué sucede cuando el sistema de neuronas espejo falla?
Cuando hablamos de falta de empatía, mucha gente piensa en la psicopatía. Se ha descubierto actividad neuronal más baja de lo normal en la amígdala cuando los psicópatas procesan palabras o imágenes emocionales (por ejemplo, imágenes en la que se observa dolor ajeno). Los psicópatas «no se activan» de una manera normal cuando están frente a algo que provocaría actividad emocional en la mayoría de las personas. Esto no quiere decir que no puedan ponerse en el lugar del otro. Pueden, pero de una manera limitada y cognitiva, no emocional. Curiosamente las personas que presentan un trastorno del espectro autista (TEA) muestran un patrón inverso: tienen emociones (por ejemplo, cuando algo les gusta sonríen de manera genuina), pero cognitivamente tienen limitaciones para «ver» a otras personas. Esta capacidad empática varía según la gravedad en el espectro autista en el que se posiciona la persona.
Es curioso cómo a los TEA se les ha llamado también trastornos de la comunicación, porque esto enlaza perfectamente con el hecho de que las neuronas espejo no son un sistema aislado, sino interconectado con otros sistemas que tienen funciones diversas. Las personas con Asperger, por ejemplo, tienen problemas en el lenguaje, especialmente con los dobles sentidos y las metáforas, porque implican ponerse en el punto de vista de la otra persona y leer sus emociones, bien en el tono de voz o en su expresión corporal.
¿Existen terapias basadas en el sistema de neuronas espejo?
Algunos hallazgos han demostrado que las neuronas espejo se encuentran activas en procesos de rehabilitación motora. Por ejemplo, cuando utilizamos guías audiovisuales en la rehabilitación motora, se ha demostrado que la simple observación desencadena procesos de neuroplasticidad que mejoran el rendimiento posterior.
En los trastornos del espectro autista, se ha usado la musicoterapia para establecer un sistema de comunicación alternativo entre la persona con TEA y las personas próximas a él. La música es un lenguaje que no necesita simbolismo. También se han combinado musicoterapia y canto para rehabilitar trastornos del habla en pacientes con Afasia de Broca, consiguiendo pronunciar palabras mediante el uso de una prosodia diferente a la normal. Esta terapia también se ha mostrado efectiva con personas con Asperger, especialmente si se utilizan videos en los que aparece el propio sujeto.
Para tener información más técnica sobre el sistema de neuronas espejo, podeis descargar el monográfico adjunto. En él se detallan bases neuroanatómicas, funcionales, y descubrimientos terapéuticos que se han hecho con este sistema funcional. El enlace es el siguiente:
Sistema de Neuronas Espejo: función, disfunción y propuestas de rehabilitación
Una breve postdata
La agencia de pensamiento (atribuir capacidades cognitivas a objetos inanimados) puede producir actividad de las neuronas espejo en los primeros estadios evolutivos (también en personas con TEA). Esto se ha contrastado en los niños que miran juguetes con voz, movimiento -de ojos,de boca-, etc. con apariencia humana, o con seres creados por ordenador similares o iguales a los humanos. A medida que crecemos esta actividad se pierde, ya que dejamos de atribuir pensamiento a estos objetos. El uso de caras simuladas por ordenador o de muñecos podría ser una terapia alternativa en las personas con TEA.
Un saludo,
Mañana publicaremos el monográfico con la información extendida.
Un saludo.
Muy interesante. Gracias por el post.
De nada Ana. Puedes obtener más información técnica sobre neuronas espejo en el monográfico adjunto. Un saludo.
Muy interesante el artículo y fácil de entender!
Lo que más me gusta es el lenguaje empleado, sencillo pero cargado de profesionalidad.
Gracias Paloma. Estamos intentando adaptar cada vez más el lenguaje a conceptos que puedan ser entendidos para el público en general, para gente que no tenga un alto grado de especialización. Es probable que hagamos dos versiones de las entradas más técnicas. O quizá simplemente hagamos entradas donde hablemos sobre conceptos más asequibles, mientras que en otras lo haremos de aspectos más técnicos. Me alegro de que te haya gustado. Haremos más referencias a este libro/película…si la has visto sabrás los temas que trata, no sólo las neuronas espejo. Por ejemplo, ¿hasta qué punto nuestra memoria es fiable? ¿Qué es la conciencia? ¿En qué punto ambas se combinan ambas para construir una identidad? ¿Es nuestra identidad un concepto prioritario cuando tomamos decisiones o realizamos conductas? ¿Cómo se actualiza nuestra noción de identidad? En fin, un montón de preguntas es la mejor respuesta que vamos a obtener cuando estudiamos los procesos neuropsicológicos.
Recibe un cordial saludo.